Saturday, February 16, 2008

Abuelo

Querido Papi,

Cuanto te extrano! Tu presencia, tu firmeza, solidez, constancia, compania. Tu ausencia retumba. Te busco a veces por las esquinas del colmado. Una vez pense verte subir la escalera a la oficina, un celaje de tu cabellera blanca, tu guayabera blanca, tu pelo abrillantado. Que guapo, ahi vas de nuevo a chequearte en el espejo y pasarte la peinilla que siempre llevas en tu bolsillo. Que porte, tus hombros erguidos, custodiando lo tuyo, velando por todos, por nosotros, por los tuyos. Nos haces falta, que vida vivimos junto a ti, gracias a ti, por tu esfuerzo incansable. Todo lo que tengo, lo tengo por ti. Por ti, todavia estamos, aqui en tu querido Viejo San Juan. Como han cambiado las cosas, Papi. Deberias estar aqui, pero estas major donde estas, lejos de esa cama que te tuvo encadenado por anos. Estas libre ahora, Papi. Libre de lo terrenal, de tu enfermedad, de tus preocupaciones, de tus responsabilidades, de tus obligaciones. Pero como nos haces falta! Viviras en mi siempre y te seguire buscando por las esquinas, a ver, si aunque por un momento fugaz me digas un “Ole!”

Te quiere,
Tu nieta




-Haydee Ann Basaraba Arroyo

Friday, February 15, 2008

TODO MURIO


Aquí me encuentro parada,
dentro de esta casa vieja de madera,
siento el piso frío, al lado, una mecedora.

La brisa me roza las mejillas
y me lleva hacia la ventana,
que mueve la cortina desgastada y transparente.
Escucho su voz llamándome, la dejo de escuchar,
y me distrae el campo abierto, claro, lleno de vida, los árboles, el río, los niños,
el sol, la vida en movimiento.

No veo, no oigo, no siento las cosas simples.
He perdido el rumbo, todo murió.



- Elizabeth Camilo Grafals

Thursday, February 14, 2008

Grandma’s Apple Pie

Flour
Cinnamon
Crisco
Sugar
Allspice
Yeast

Rolling pin
Pie tin


She had been doing this for years. Kneading the dough with her baker’s hands, her most prized utensils. She could do this in her sleep. Slice the apples, sprinkle some lemon juice over them, “So they won’t turn brown she would say.” Peeling, coring, slicing, she would always pop one or two in her mouth, while preparing the filling. “Let the dough rest, and then you will see, how it rises.” Flouring the surface of the kitchen counter, her canvas, with swift movements of her hands, like snow falling. “Here, have some of this to play with,” she would say, “this is better than your Play-Doh.” Tirelessly, effortlessly, the criss-cross of the lattice pattern over the pie, sprinkled with a little sugar, she would, one after the other, create a masterpiece, the best apple pie I have ever tasted.



-Haydee Ann Basaraba Arroyo